En los últimos años, se ha observado un aumento en la proporción de niñas diagnosticadas con autismo. Según diversos estudios, es más probable que las niñas con autismo disimulen sus retos sociales, llegando incluso a imitar el comportamiento de las niñas de su entorno. Esta conducta puede hacer que los síntomas del autismo en niñas pasen desapercibidos, especialmente si estos son más sutiles.
Esta situación ha generado una brecha de género en el diagnóstico del autismo, que es más pequeña de lo que se muestra en los datos actuales. Durante mucho tiempo, se ha creído que el autismo afecta principalmente a los niños y que las niñas son menos propensas a sufrirlo. Sin embargo, los estudios recientes han demostrado que esta creencia es falsa.
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