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5 Lecciones clave sobre la Terapia Hiperbárica para el Autismo: y no son nada positivas

La búsqueda de tratamientos que mejoren la situación de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es algo natural y elogiable. En esta búsqueda constante, es común encontrar terapias alternativas como la oxigenación hiperbárica (HBOT), que a menudo se presentan como opciones prometedoras.

Mi propósito aquí es ofrecerles con la claridad que merecen, 5 lecciones clave para que puedan tomar la mejor decisión para su familia.


1. La teoría es atractiva, pero la evidencia científica es sorprendentemente débil.

La base teórica detrás del uso de la HBOT para el autismo suena lógica y atractiva. La hipótesis principal es que al aumentar la cantidad de oxígeno en el cuerpo, se puede mejorar la oxigenación cerebral, reducir la inflamación y disminuir el estrés oxidativo, factores que se han relacionado con el TEA.

Sin embargo, cuando contrastamos esta teoría con las revisiones científicas más rigurosas, el panorama cambia drásticamente. Una revisión a gran escala de la evidencia disponible no encontró pruebas de que la terapia ayude con ninguna característica del autismo. La prestigiosa organización Cochrane es reconocida mundialmente por realizar las revisiones más exhaustivas y metodológicamente rigurosas de la evidencia médica, lo que convierte a sus conclusiones en un pilar para la toma de decisiones clínicas. Su dictamen sobre esta terapia es contundente:

“hasta el momento no hay evidencias de que la terapia con oxígeno hiperbárico mejore los síntomas de TEA y, además, pueden darse algunos efectos adversos”. (1)

2. Los estudios “positivos” tienen una letra pequeña crucial.

Es posible que encuentre algunos estudios, como uno muy citado de 2009 (2), que parecen mostrar resultados positivos. Sin embargo, un análisis más profundo de estos mismos estudios revela resultados ambiguos y contradictorios que son cruciales para entender el panorama completo.

La discrepancia más sorprendente en el estudio de 2009 fue la diferencia entre las evaluaciones realizadas por los médicos y las realizadas por los padres. Mientras los médicos observaron mejoras en el 80% de los niños que recibieron la terapia, este dato se ve empañado por el hecho de que también hubo una “importante mejoría observada en los controles”, es decir, en el grupo que recibió un tratamiento placebo. Esto diluye enormemente el supuesto beneficio de la intervención.

Peor aún, las evaluaciones de los padres no solo fueron contradictorias, sino que en algunas subescalas sugerían un efecto perjudicial. De hecho, el análisis de los revisores encontró que la métrica estadística se convertía en un NND, es decir, el “Número Necesario para Dañar”, indicando que la terapia podría estar causando más mal que bien desde la perspectiva de las familias. Al final, el único beneficio que se pudo demostrar de forma consistente fue una disminución en el componente de “irritabilidad”, sin mejoras globales significativas.

3. “No concluyente” a menudo significa “no recomendado”.

Muchos artículos y resúmenes científicos califican la evidencia sobre la HBOT como “no concluyente” o “potencialmente prometedora”. Este lenguaje puede ser confuso para las familias que buscan una respuesta clara de “sí” o “no”.

Entonces, ¿cómo se traduce este lenguaje académico a una decisión práctica para su familia? De forma muy directa: en la práctica clínica, esta falta de evidencia se traduce en una recomendación mucho más clara. Informes de evaluación de tecnologías sanitarias y sumarios de evidencia como el de Uptodate o el informe de Preevid MurciaSalud (3) son directos en su conclusión: dadas las limitaciones de los estudios y la falta de pruebas sólidas, no se recomienda su empleo. Entender esta distinción es vital. Ayuda a las familias a priorizar su tiempo, energía y recursos en terapias con un respaldo científico sólido, en lugar de invertir en tratamientos experimentales cuya eficacia no ha sido probada.

4. No es una terapia inofensiva: existen riesgos reales.

Aunque a veces se presenta como una intervención segura, la terapia de oxígeno hiperbárico no está exenta de riesgos, especialmente importantes en la población infantil. Los efectos adversos más comunes incluyen:

• Malestar o dolor en el oído (barotrauma)
• Claustrofobia
• Fatiga
• Dolores de cabeza (cefalea)

Más allá de estas molestias, existe un riesgo grave que no debe pasarse por alto: la posibilidad de crisis convulsivas por exceso de oxígeno. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) emitió una alerta específica en 2014 sobre este peligro. Este punto es especialmente alarmante si consideramos que los menores con TEA ya de por sí tienen un riesgo más alto a crisis convulsivas. Esto no es sólo un riesgo general, sino un peligro amplificado para esta población específica.

5. El costo no es solo financiero, también es emocional.

El tratamiento con oxigenación hiperbárica es extremadamente costoso. El coste puede rondar los 100-200 euros o más. Los protocolos de tratamiento a menudo requieren de 40 a 60 sesiones. Generalmente, estos costes no están cubiertos por los seguros médicos, lo que representa una carga financiera considerable para las familias.

Sin embargo, la factura más alta no siempre se mide en dinero. La inversión de esperanza y el costo emocional pueden ser aún más devastadores cuando los resultados no marcan niguna diferencia con la situación previa.

En definitiva, el deseo de ayudar es la mayor motivación que existe. Sin embargo, es vital que ese deseo se dirija hacia terapias que hayan demostrado ser seguras y eficaces. Los recursos de una familia —tiempo, dinero y energía emocional— son limitados y preciosos. Invertirlos sabiamente es una de las decisiones más importantes.


(1) Xiong T, Chen H, Luo R, Mu D (2016). Hyperbaric oxygen therapy for people with autism spectrum disorder (ASD). Cochrane Database Syst Rev 10: CD010922

(2) Rossignol DA, Rossignol LW, Smith S, Schneider C, Logerquist S, Usman A, et al. Hyperbaric treatment for children with autism: a multicenter, randomized, double-blind, controlled trial. BMC Pediatrics 2009,9:21

(3) https://www.murciasalud.es/preevid.php?op=faq&idsec=453

Imagen utilizada realizada con el software de inteligencia artificial de Google (Gemini).

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